miércoles, 21 de noviembre de 2012

Los chanchullos de Bernardo Socas (maestro yedai de Cheo LTT) en Icodemsa (VII)

Acabamos con este fisgón los supuestos que ha ido analizando el letrado sobre la gestión de Bernardo Martín Socas en Icodemsa antes de la derrota de Cheo en el 2007 y que fue encargado por Francis Rivero, no sabemos muy bien para que lo encargó, dado que lo enterró para que nadie lo encontrase y dejó que se le escapara este significado representante del cheísmo, que dice estar en retirada, pero del que uno sospecha, que cuando el partido lo llama siempre está dispuesto a echarle una mano. Ahí van estos dos últimos supuestos, antes de entrar en las conclusiones, que es lo más jugoso del informe: “6. Icodemsa vs Supermercado de La Cubierta SL.- La existencia de comisiones o el cambio de las comisiones en relación con el tren turístico como modo de retribución es otro de esos contratos verbales. Dicho pago debe suspenderse de inmediato, la relación debe estar claramente regulada en un contrato y el pago de las comisiones debe ser denunciado. 6.- Icodemsa vs causa legal de disolución.- La sociedad Icodemsa SA en los ejercicios 2005 y 2006 se encontraba en causa legal de disolución, según los informes de auditoria, según el auditor Andrés Perera Carballo de la firma Ernst & Young SL. En el ejercicio 2005 las pérdidas del ejercicio ascienden a 158.867,47 euros, con un circulante negativo de 24.000 euros. Y en el ejercicio 2006 el circulante negativo es de 510.307,68 euros con unos fondos propios negativos de 110.229,35 euros. En ambos ejercicios la empresa se encontraba en causa legal de disolución del artículo 260 de la ley de Sociedades Anóminas. Por lo que resulta difícil de entender porqué no sólo no se interesó la disolución de la sociedad o en su defecto una aplicación de capital. Y en cualquier caso, porqué no se han realizado gestiones para cobrar lo que a Icodemsa, se le adeuda y sobre todo, porqué se han tomado las decisiones descritas en los apartados anteriores de este informe y que, al menos, en principio, escapan a cualquier parámetro de una decisión racional, basada en criterios de eficiencia y competitividad. Escasamente o no documentadas y ruinosas para la empresa”. Y todavía siguen sin entenderse, a no ser que demos pábulo a esa trama negra del cheísmo, de la cual, solamente una parte, ha aflorado en esa causa judicial que ya está llegando a su esperado final.

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