La decadencia del cheísmo es ya una evidencia, que cada día se agranda ante los ya cansados ojos de una ciudadanía hastiada, cuya mayoría está sin trabajo y totalmente desapegados de sus políticos municipales, tanto los que gobiernan, que son terribles, como los de la oposición, de la que ya muchos consideran inexistente, inútil y plegada a intereses ocultos, que de ser conocidos provocarían una debacle en las elecciones de 2015, que se prometen muy interesantes, ante la caída en barrena del PSC-PSOE, la falta de líder de CC y la atonía y mediocridad de la líder del PP, Isabel García, a la que algunos, cuando le piden explicaciones sobre su extraño comportamiento político, suben los hombros y dicen, cansinos, “es católica”, sin dar explicación de tan extravagante definición. Pero este no es el caso que nos ocupa. Lo que vamos a contar tiene que ver con uno de los asesores del alcalde de Icod, el cual dio positivo en un control de alcoholemia realizado por la Guardia Civil. Se ve que a este muchacho se le ha subido el cargo a la cabeza y quiere andar por la vida imitando a su jefe máximo que ya dio la nota en una cena de empresa, con travelo incluido, y que pueden intimidar a los agentes con la misma prepotencia que se dirigen a la Policía Local. Y al pobre muchacho, que iba acompañado por el inclíto y supercalifragílistico expialidoso jefe de prensa, no se le ocurrió nada mejor que advertir al agente que le hizo el control de quien era y a quien servía. Como si fuera alguien. Todavía se pueden escuchar las carcajadas de los picoletos ante tamaña soberbia y tamaña bobería. Pero ya de éstos no se puede esperar sino estas bravuconadas. Menos mal que ya les queda poco.
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