miércoles, 27 de febrero de 2013

Guardias civiles le perdonan la vida ‘loca’ al alcalde de Icod y la veguera sale al rescate



Un asunto que debería ser investigado por la 151ª Comandancia de la Guardia Civil, la que tiene su sede en Ofra y donde trabajan agentes y mandos incorruptibles, que seguramente al tener conocimiento de estos hechos, actuarán en consecuencia. Y llegar hasta el fondo del asunto. Estos son los hechos dignos de una actuación inmediata de Asuntos Internos de la Benemérita: noche de pasión morena en el barrio icodense de La Vega, la segunda patria chica del alcalde socialista de Icod de Los Vinos, Juan José Dorta, más conocido como Cheo. Una noche en la que el primer mandatario decide que lo mejor que le puede pasar es regar la garganta con líquidos espirituosos y perder el sentido para no pensar en juzgados o en sus enemigos, que cada día intentan cercarlo y destruirlo. Y lo hace a su modo, como el gran pasional que es, sin límite, apurando la vida hasta quedar exhausto, que vida no hay más que una y cuerpo que la resista también. Y ya cuando la decencia y el que dirán le atacaron en plena ebullición, tanto arriba como abajo, decidió que era el momento de irse y coger el coche. Y lo hizo, pero demostrando igualmente que ‘living la vida loca’ y se lanzó por las vías con todo el cargamento a sus espaldas, que lo imposibilitaba como un conductor diligente. Y zas, mala pata, se tropezó con una patrulla de la Guardia Civil. Pero el condenado tuvo suerte. Los dos agentes al ver que era el alcalde socialista, muy mal por cierto, lo dejaron tranquilo, no lo humillaron al someterlo al soplo que hubiera acabado en un expediente administrativo, una multa y un castigo, en suma, le perdonaron la vida, con todo lo que eso significa y más en los tiempos que estamos viviendo. Lo único que hicieron fue pedirle que no condujera el coche y que llamase a alguien para que se lo llevara. Y el alcalde así lo hizo y marcó el teléfono de su secretaria personal, su brazo derecho, su brazo armado, su guardiana, la de sus secretos y los de ella, una persona clave en este mandato y que expresa el gobierno del Ayuntamiento de Icod desde su barrio, desde ese enclave, donde Cheo siempre busca refugio. Y eso fue todo. Los guardias civiles se dieron por satisfechos al concederle este privilegio feudal a quien no se lo merecía, ya que si no sabe controlarse, pues que no salga y se quede quieto en su casa o donde sea que quiera ponerse. Y ahí sigue, desafiante. Y como siempre ocurre en esta tierra, los de arriba inmunes y los de abajo, a pagar y ser castigados. Esperemos que se investiguen de verdad estos hechos y le digan a estos guardias civiles que la próxima vez no tengan piedad de quien no se la merece. Dicho queda.

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