Cheo (LTT) ordena que le pongan una multa a uno de sus críticos dentro del PSC-PSOE

     

El otro día Juan Fernando López Aguilar se daba un paseo por el Norte de Tenerife. El número cuatro de la lista del PSOE a Europa, descabalgado por una muy poco convincente Elena Valenciano, intentaba llevar un entusiasmo complicado, a las huestes socialistas norteñas, con escaso resultado y en la convocatoria del pasado sábado, le apoyaban más los cargos, que los ciudadanos. Una cosa patética. Esta visita no es como la del 2007, donde el almuerzo acabó en el juzgado y es uno de los elementos de la acusación en ese juicio que no se convoca a pesar de ya estar todo terminado (diligencias previas 737/06). Las palabras de Aguilar se pierden en la inmensidad de la indiferencia a un partido acomodado en los brazos de CC. Pero lo que más le hace daño no es su discurso, cansino y ya nada creíble, sino quienes le acompañan. ¿Puede JFLA hablar de lo que habla, con el alcalde de Icod, el socialista Cheo (LTT), al lado? Aunque comparten la misma debilidad, no tienen nada que ver uno con el otro. Es más, si los ponemos juntos, ninguno de los dos sacaría los votos suficientes para repetir en sus respectivos cargos. Es más, el alcalde socialista el otro día, al ver como aparcaba uno de sus críticos en el partido y que lo tiene muy nervioso, un momento en una zona azul en el casco, aprovechó esta circunstancia para llamar a la Policía Local y ordenar que le multaran sin mosca ninguna, con el afán de castigarlo y de complicarle la existencia, por lo que supondría afrontar el pago de esa multa. Afortunadamente el agente municipal que acudió, que no era de los típicos esclavos de los alcaldes, solamente le indicó que se fuera de allí, lo que le honra. Estos son los socialistas que representa Juan Fernando López Aguilar, los que quiere llevar a Europa. Flaco favor nos hacen. Cheo (LTT) es todo aquello que critica su compañero de partido, representa la hez de la política, toda esa basura que nos avergüenza y que en Icod ha llevado al Ayuntamiento a la putrefacción más absoluta. Una pena, una gran pena.