El dueño del Mariposario le pidió a Cheo (LTT) con muy buena fe, que lo dejara en paz

José Antonio Plaza Velayos sabe que debe andarse con pies de plomo. La inquina que le tiene el alcalde socialista le marca grandes dosis de prudencia y más ahora que sabe que está en sus últimos momentos en el poder y que su cordura política se le terminó hace muchísimo tiempo. Lo más grande de este asunto es que parte de su beligerancia la ha tomado prestada de Isabel García, que arrastró tanto a Cheo (LTT) como a Diego Afonso, del que ya nadie se acuerda, tan insignificante fue su mandato. Por eso el empresario, hastiado de tanta lucha, ha decidido combatir hasta el final, pero siempre con buena fe y sin que se le noten sus ganas asesinas. Y lo ha hecho a través de un escrito presentado ante el registro de entrada municipal icodense, dirigido al alcalde en el que le indica que, “tras la conversación mantenida y a la vista del precinto efectuado, sin prejuzgar la legalidad o no del mismo –toda vez que esta parte considera que el mismo es ilegal a todas luces por las razones que expondrá en otro escrito- solicito que por el alcalde se proceda a la suspensión del precinto con la consecuente retirada del vallado hasta tanto por el Ayuntamiento no se vaya a proceder a las obras derivadas de la efectiva ejecución de la sentencia 83 del TSJC (…); momento por el que esta parte se compromete a cerrar las instalaciones, mostrando plena colaboración en el cumplimiento de dicha resolución judicial, pero debiendo procederse a la suspensión de dicho precinto, toda vez que el mantenimiento del mismo en el tiempo de forma indefinida produce un perjuicio de tipo laboral a seis personas toda vez que los empleados perderán sus puestos de trabajos, perjuicio de imagen turística al encontrarse en el centro del municipio las instalaciones del Mariposario, ya que quedaría abandonado, así como un perjuicio a los comercios aledaños ya que la instalación recibe miles de personas anuales, amén que, como manifestó el alcalde al exponente, no existe presupuesto en el Ayuntamiento para proceder de inmediato a la ejecución material de las obras, por lo que el precinto carecería de utilidad”. El detalle final del empresario no tiene desperdicio: “asimismo se hace constar que la apertura de la instalación hasta tanto no se efectúen las obras no producen ningún perjuicio a terceros ni a la sociedad, contando con los permisos sectoriales, incluso con resolución de la viceconsejería de Medio Ambiente del gobierno de Canarias de fecha 2 de noviembre de 2011 por la que se otorga autorización definitiva de apertura al público”. Cheo no ha dado ni señales de vida.